Vivimos en un mundo muy rápido, siempre activos con la rutina de trabajo o estudios, vida social, crianza, tareas domésticas etc. Solemos caer en la rueda del día a día y aunque sintamos que algo no va bien en nuestro interior seguimos en el bucle sin escuchar(nos) lo que nos está queriendo decir nuestro cuerpo, y sobre todo, nuestra mente. Quizás en algún momento podemos hasta llegar a experimentar una sensación muy incómoda de vacío y de tristeza profunda, y por supuesto, la tratamos de “tapar” con muuucha más vida social, uso de redes sociales, exceso de trabajo...¿Te suena? ¿De qué estás tratando de huir?
En el colegio nos enseñan materias para conocer el entorno que nos rodea y sus diferentes áreas pero no nos enseñan a mirar hacia dentro ni a comprender nuestras emociones ni nuestros procesos vitales y esto tiene sus consecuencias, ya que nos aleja de nuestro propio autoconocimiento y al final no sabemos ni quienes somos.
El resultado de estar siempre hacia fuera y no conectar con nosotros mismos nos lleva a realizar acciones por inercia, por llenar carencias y porque “es lo que toca” o porque “no hay nada mejor que hacer un sábado por la tarde” en lugar de reflexionar si realmente nos apetece hacer ese plan o asistir a esa cena.
Tendemos a buscar fuera la emoción con la que queremos conectar dentro.
Trabajar nuestro autoconocimiento nos va a llevar a vivir desde nuestro centro y desde nuestra coherencia interna, respetando nuestros procesos y validando lo que sentimos a cada momento.
Una herramienta de gran ayuda son las autopreguntas. Es necesario pararse a profundizar y responder desde lo que verdaderamente sentimos. Solo así conectaremos con lo que somos de una forma honesta. Ahora que llegan las navidades y es época de mucha reunión social y familiar también es fundamental que tengas tus momentos para ti y para conectar contigo, ver como estás en este instante de tu vida, en que áreas te gustaría trabajar, profundizar y ser consciente de que es aquello que tanto te “remueve” y te produce tristeza o ira.
Algunos ejemplos de autopreguntas pueden ser...
- ¿Cuando empecé a sentir esta emoción
- ¿En qué momentos se produce?
- ¿Con quién estoy cuando esta incomodidad se intensifica más?
- ¿Quiero ir realmente a esa quedada o lo hago para que después no me rechacen o porque tengo miedo a que piensen que paso de ellos?
- ¿Necesito soledad o compañía?
- ¿Qué hay detrás de que siempre tenga la agenda atope y no me permita dejar ni un solo hueco libre para mí?
- ¿A qué tengo tanto miedo?
- ¿Por qué sigo “enganchado/a” a esa relación tóxica que ya no me aporta?
- ¿Estoy más pendiente de los demás o de mí?
Desde Clarcoach, te animamos a llevar a cabo estas acciones y a ponerte en primer lugar siempre en tu vida. A través de nuestras sesiones de Coaching Transpersonal y de Reiki trabajamos siempre en poner el foco hacia ti y hacia tu bienestar físico, mental y emocional. ¡Ponte en contacto y cuéntanos que necesitas!